¿Por qué el 1 de noviembre se festeja el Día del Cepillo de Dientes?
Publicado: 01 / 11 /2024Las enfermedades bucodentales representan uno de los problemas de salud más significativos a nivel global, afectando a millones de personas con dolor, infecciones y hasta desenlaces fatales. Sin embargo, la mayoría de estos problemas pueden prevenirse con un correcto cuidado dental, un punto crucial que continúa siendo desatendido a nivel mundial.
Según informa la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que casi 3,500 millones de personas sufren diversas enfermedades bucodentales. El estudio sobre la carga mundial de morbilidad de 2019 destaca que las caries dentales no tratadas son el desorden de salud más común, impactando severamente la calidad de vida de quienes las padecen.
Una adecuada rutina de cepillado puede ser una barrera efectiva no sólo contra la gingivitis, sino también prevenir enfermedades crónicas como las cardiovasculares o la diabetes.
En 2003, la Campaña Healthy Mouths (Bocas saludables) fijó el 1 de noviembre como el Día Nacional del Cepillo de Dientes, buscando enfatizar la importancia de inculcar buenos hábitos dentales desde la niñez.
Según el programa Smile Habits del condado de Orange, California, Estados Unidos, “la campaña alienta a los padres a asegurarse de que sus hijos se cepillen los dientes dos minutos, dos veces al día”. Estos esfuerzos se complementan con métodos innovadores para enseñar a los niños la técnica adecuada de cepillado, como el uso de canciones que duren el tiempo indicado.
Esta fecha también sirve de recordatorio para los padres sobre la necesidad de ayudar a los niños a cepillarse los dientes tras cada comida, creando un ritual familiar que fomente la higiene bucal continua.
El origen del cepillo de dientes se remonta a 1498, aunque el diseño que más se asemeja al actual surgió en 1938. Inicialmente, consistía en un mango de hueso y cerdas de cerdo procedentes de regiones frías, dada su dureza.
Con el tiempo, su uso se extendió gracias a los mercaderes y las rutas comerciales, pero fue en Europa durante el siglo XVII que se sustituyeron las cerdas de cerdo por pelaje de caballo, más suave y, por ende, más aceptado.
Inicialmente costosos y al alcance de pocos, los cepillos de dientes experimentaron una revolución con la invención del nylon en el siglo XX, ante las preocupaciones sanitarias que planteaba el uso de fibras naturales. Fue Louis Pasteur quien abogó por las cerdas artificiales, promoviendo un producto más higiénico y eficiente.
En 1950, se introdujo el cepillo de dientes más suave, y una década después, el primer cepillo eléctrico, marcando la evolución constante de este necesario objeto de cuidado personal.